La Pedagogía del Vacío y la posibilidad
Te explicamos la pedagogía con la que creamos nuestros cursos y programas.
Juan Bosque
11/27/20243 min read


Ver distinto para acompañar distinto
¿Cómo puede un adulto limitado, lleno de miedos, rigidez y expectativas, criar a un niño lleno de juego, curiosidad y una mirada infinita?
Para recibir y cuidar a un ser infinito, primero hay que vaciar al adulto. Solo así podrá recordar. Y desde ahí, acompañar desde la posibilidad.
¿Vaciar de qué?
De todo lo que estrecha su mirada:
Juicios, fórmulas, esfuerzo, lógica excesiva, normas heredadas, la creencia de que hay que enseñar algo para que el niño valga. Porque no se puede ver a un niño realmente… si estamos llenos de ideas sobre cómo debería ser.
Para ver de verdad a un niño, primero hay que desarmar lo que impide verlo.
¿Y cómo se vacía un adulto?
No con teoría.
Con experiencia. Con cuerpo. Con vida.
La transformación no ocurre en la cabeza. Ocurre cuando el cuerpo recuerda.
Cuando experimentamos lo que siente un niño.
En la Escuela de Infinitos te ayudamos a reconectar con lo que siempre estuvo ahí a través de:
El Movimiento – La expresión esencial de la existencia. El cuerpo es el medio por donde adquirimos aprendizajes. El adulto entiende lo que olvidó. Lo flexible es lo que puede moverse.
El Juego – La única forma real de aprender. El aprendizaje profundo solo sucede cuando hay diversión.
El Contacto – Es el medio natural para el amor y la conexión. Nacimos dentro de un útero; estamos acostumbrados a sentir para conectar. Todo vínculo real comienza por la piel. El contacto nos recuerda que no vinimos a hacerlo solos.
El Absurdo – Nos prepara para la vida al presentarnos lo impredecible. Nos libera, nos devuelve las posibilidades ocultas que nos rescatan de las estructuras adultas rígidas, abriendo puertas a lo inesperado y restaurando oportunidades perdidas. Así, el absurdo rompe lo rígido, devolviendo la flexibilidad y desactivando el juicio al recordar el asombro. Reconciliarse con el absurdo y adecuarlo a nuestra vida nos prepara para la experiencia humana, que a menudo es completamente absurda.
El Presente – Lo único que existe. Todo lo demás es ruido. Sin estar atentos a lo que sucede, cualquier intento de transformación será nulo.
La Fantasía – Es la posibilidad de encontrar. No solo a través de lo real se entiende el mundo. Lo invisible también enseña. A veces, más que lo real.
La Posibilidad – Es el alma de lo infinito. En la Escuela de Infinitos nos dedicamos a expandir posibilidades. Entendemos que lo infinito no se controla: se cuida. Aquí no formamos expertos, sino adultos dedicados a cuidar posibilidades. Nuestra convicción es clara: para criar y educar infinitos, hay que ser infinito.
Cuando el adulto se vacía, puede empezar a ver
Y cuando ve…
Puede confiar.
Porque conoce.
Y cuando confía, crea algo que muchos adultos han olvidado cómo se construye:
una conexión genuina.
Cuando eso sucede, el adulto deja de controlar.
Y empieza a cuidar:
Cuidar el vínculo
Cuidar la naturaleza del niño
Cuidar el proceso de crecer sin moldearlo
Y en el proceso, se reconecta con:
Su curiosidad.
Su valentía.
Su capacidad de juego.
Su cuerpo como lugar de aprendizaje.
Eso que nunca se fue, pero que la vida adulta enterró bajo capas de esfuerzo.
Pedagogía de la Posibilidad
Lo que nace cuando el adulto ya no quiere enseñar, sino acompañar
Cuando el adulto se vacía, recuerda.
Cuando recuerda, se reconecta.
Cuando se reconecta, deja de querer controlar.
Y empieza a escuchar.
A observar.
A no interrumpir.
A habitar su rol verdadero: cuidador.
Aprendiz, no maestro.
Educar desde la posibilidad es confiar en lo que ya vive en el niño.
Es aceptar que no sabemos más.
Y que no hace falta saber más para cuidar bien.
Es confiar en que cada niño o niña aprenderá lo necesario para su vida.
Eso, para muchos adultos, es incómodo.
Hay que ser muy valiente para educar en la posibilidad.
Porque hay que aceptar que no se sabe más que un niño pequeño.
Y eso ofende a muchos adultos.
Los adultos quieren tener la razón.
Y querer tener la razón… es lo contrario a tener posibilidades infinitas.
Por eso es mejor que salgas corriendo de aquí.
Esta pedagogía no es para todos.